Ricardo Vera, domiciliado en el barrio Redención del citado distrito norteño, comentó a medios de prensa que adquirió la bomba conocida como “cebollón”; un pequeño pero explosivo, peligroso y estruendoso material pirotécnico.

En la madrugada del miércoles 1 de enero, Vera decidió proceder a la explosión de uno de los “cebollones” que compró, para celebrar la llegada del nuevo año.

Sin embargo, al encender la bomba, ésta no le dio tiempo para lanzarla a cierta distancia y explotó en el mismo instante en la mano, ocasionándole graves heridas y quemaduras.

Aparentemente defectuoso

Según alegó el mismo, el artefacto vino aparentemente defectuoso, por lo que terminó dañando severamente su mano y muñeca.

Afortunadamente, según el reporte médico, no será necesaria la amputación de la mano y por lo tanto, saldrá de alta en los próximos días.

En conversación con periodistas, Vera recordó que no le dio el tiempo de arrojar el “cebollón” a una distancia considerable para su explosión y remarcó que automáticamente fue al hospital tras el accidente.

Destacó que él tiene una familia y que, gracias a la desgracia con suerte que sufrió, tomó más conciencia para con la manipulación de estos materiales. Pidió igualmente que se cuide a los niños de estos artefactos.