Según pudo determinar la Policía de la provincia de Isparta, en la primera sesión del YKS, que se celebró el pasado 8 de junio, esa persona ingresó con una cámara minúscula, en forma de botón de camisa, un auricular y una especie de enrutador —que le proporcionaba conexión a Internet— oculto en uno de sus zapatos, recoge el diario Hurriyet.

Luego de burlar los controles y una vez comenzó el examen, el estudiante tomaba fotografías de las preguntas con su cámara botón. La información era procesada por el chatbot de IA ChatGPT, que generaba las respuestas y se las comunicaba a través del auricular.

A pesar de lo elaborado del plan, uno de los asistentes de la sala comenzó a sospechar del comportamiento del estudiante y fue retirado del examen nacional. Equipos policiales fueron informados y lo detuvieron junto con un cómplice. Se decomisó un enrutador, tres cámaras y un teléfono móvil disfrazado de tarjeta de crédito, a través del cual se conectaban los audífonos.

Posteriormente, uno de los agentes hizo una demostración en detalle de cómo funcionaba todo el mecanismo. En un video difundido por la prensa, se ve cómo el oficial escanea una pregunta escrita sobre una hoja con la cámara y luego se escucha al 'software' respondiendo a través del auricular. Vale recordar que ChatGPT puede detectar no solo información escrita, sino reconocer y describir con precisión texto en imágenes.

El estudiante permanece actualmente tras las rejas en espera de juicio, ya que hacer trampa en un examen de ingreso a la universidad se considera un delito grave en Turquía, que conlleva disposiciones penales. De acuerdo con el canal TRT Haber, las penas estimadas van de 1 a 4 años de prisión y el candidato involucrado no podrá postularse a ninguna prueba durante 2 años.

El incidente, el primero de este tipo en la historia del YKS, ha llevado a considerar que se tomen precauciones adicionales en futuros exámenes, mediante el uso de detectores de metales y requisas más a fondo a cada candidato.