Los egresos mensuales de Uemura cuando era fiscal en el 2008, señaló G. 300.000 en casa, G. 1.000.000 en alimentación, G. 412.000 en servicios básicos, G. 400.000 en personal doméstico; G. 0 en alquiler; G. 300.000 en combustible; G. 120.000 en telefonía celular; G. 80.000 TV Cable; G: 0 en educación; G. 0 en medicina; G. 0 en vestimenta, G. 110.000 en seguros y G. 100.000 en mantenimiento de vehículo.

En el 2015 sus egresos eran en casa propia 0, alimentación G. 2.000.000; G. 200.000 en servicios básicos, G. 0 en personal doméstico; G. 0 en alquileres, G. 400.000 en combustible; G. 180.000 en telefonía celular, G. 150.000 en TV cable; G. 0 en educación, G. 300.000 en medicina, G. 1.000.000 en vestimenta, G. 661.000 en seguros y G. 0 en mantenimiento de vehículo.

En el 2019, G. 0 en casa propia; G. 3.650.000 en alimentos, G. 600.000 en servicios básicos, G. 0 en personal doméstico; G. 0 en alquileres; G. 750.000 en combustible; G. 250.000 en telefonía celular; G. 200 en TV cable; G. 0 en educación, G. 325.000 en medicina, G. 1.800.000 en vestimenta, G. 661.000 en seguros y G. 0 en mantenimiento de vehículo.

Entre sus ingresos anuales, refirió impuestos inmobiliarios G. 300.000; G. 2.500.000 y G. 2.500.000, entre los años 2008, 2015 y 2019; patentes G. 80.000; G. 100.000 y G. 350.000, respectivamente. Vacaciones G. 10 millones en 2015 y G. 18.000.000 en 2019.

ANTECEDENTES

Fiscala que lleva una vida ostentosa tiene

correspondencia entre ingresos y egresos

La Contraloría General, luego de analizar tres declaraciones juradas de bienes y rentas, concluyó que existe correspondencia entre los ingresos y egresos de la fiscala de Pedro Juan Caballero, Katia Uemura.Declaró que su único ingreso es el salario y aguinaldo percibidos. Desde el año 2008 hasta el 2019, primero como asistente fiscal y luego como agente fiscal, cobró un total de G. 5.857.910.009. Tiene a su nombre tres inmuebles en Pedro Juan, según Registros Públicos y un Kia Soul del año 2010, de acuerdo a Registros del Automotor. No posee cuentas bancarias, CDA, pero sí préstamos. El que sí tiene a su nombre varios inmuebles, alrededor de 12, es su esposo el abogado Daniel Montenegro. Sin embargo, Uemura presentó una sentencia de disolución conyugal del 2016, por lo que la Contraloría sólo analizó los bienes consignados por ella en sus declaraciones juradas.

En virtud de las tres Declaraciones Juradas de Bienes y Rentas, presentadas en fechas 20/05/2008, 22/04/15 y 28/10/2019, así como los informes recepcionados de las instituciones públicas y privadas, la Contraloría procedió a la elaboración del dictamen de correspondencia de la fiscala Uemura.

Según los informes del Ministerio Público, Fiscalía General del Estado y la subsecretaría de Estado de Tributación, Ministerio de Hacienda, el total de ingresos percibidos por Katia Estela Uemura Montenegro durante el tiempo transcurrido desde la presentación de su primera declaración jurada de fecha 16 de mayo de 2008 hasta la tercera declaración jurada del 21 de octubre de 2019, asciende a G. 5.857.910. “Por tanto, concluimos que existe correspondencia conforme a los bienes declarados y los ingresos percibidos por la señora Katia Uemura, desde la primera declaración jurada y la tercera”, afirma la Contraloría.

Disolución conyugal

Es importante aclarar que el valor total de los ingresos percibidos sufrió una variación, con respecto al valor total inicialmente expuesto en el Informe de Comunicación de Observaciones, debido a que la servidora pública recién durante el proceso de descargo, informó a esta entidad sobre su disolución conyugal por Sentencia Definitiva Nº 251 del 17 de octubre de 2016, por la cual se ha decretado la extinción de comunidad de bienes, puntualiza el documento del órgano Contralor.

“Resulta importante señalar que el presente trabajo se limita al periodo de tiempo que abarcan las DJBR, y a los datos proporcionados bajo fe de juramento en las DJBR por la persona sobre quien en determinado momento pesó la obligación legal de formular su declaración jurada”, aclarar el dictamen del ente encargo de controlar.

DECLARACIONES Y MONTOS

Patrimonio de fiscala Uemura disminuyó y su deuda creció, según última declaración

La Contraloría analizó tres declaraciones juradas de la fiscala Katia Uemura, presentadas en los años 2008, 2015 y 2019. Según el último registro, el patrimonio neto de la agente del Ministerio Público disminuyó de G. 270.955.360 a G. 124.519.344, ya que declaró créditos por G. 146.436.016. Los números no se compadecen con su vida ostentosa.

Activo

En su primera declaración, en el 2008, la entonces asistente fiscal dejó sentado que su remuneración en el Ministerio Público era de G. 3.014.6000. En la segunda, que fue en el 2015, percibía G. 15.287.600 y en la tercera, en el 2019, G. 18.583.737.

En su primera declaración tenía un activo de G. 260.000.000; en la segunda, G. 267.955.360 y en la tercera, G. 270.955.360.

Pasivo

En el 2008, su pasivo era 0, en el 2015, era de G. 50.168.798 y en la tercera, su crédito fue de G. 146.436.016. En consecuencia, su patrimonio neto en la primera declaración era de G. 260.000.000; en la segunda, G. 217.786.382 y en la tercera G. 124.519.344, a consecuencia del crédito que aumentó. Es decir, que el patrimonio de Uemura fue disminuyendo en los últimos años, según consta en sus declaraciones juradas ante la Contraloría General de la República.

Los datos consignados en las declaraciones juradas y que fueron analizados por la Contraloría, para concluir que hay correspondencia entre los ingresos y egresos de Uemura, no se compadecen con la vida llena de lujos que evidencia la funcionaria del Ministerio Público.

Su esposo, el abogado Daniel Montenegro, detenido en un procedimiento de presunto lavado de dinero en Paraguay del supuesto líder narco detenido en Brasil, Jarvis Chimenes Pavao, alias Cabeza Branca, sería el que tiene mucho dinero. El letrado tenía alrededor de 12 inmuebles a su nombre y otros bienes, pero los mismos no pudieron ser analizados por la Contraloría, considerando que Uemura presentó una sentencia de disolución conyugal registrada en el 2016.

El Observador