El informe médico señaló que los niños presentaban "un déficit significativo y persistente en la comunicación y la interacción social en múltiples contextos, un patrón restringido y repetitivo de comportamiento, intereses y actividades, además de cambios en la amplitud sensorial". El tratamiento se debería a medicamentos importados, ya que el producto tenía problemas de suministro en Brasil.

Sin condiciones financieras, la familia, que vive en Campinas, estuvo representada por la Oficina del Defensor Público. Según los defensores, a pesar de la regulación de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), que permitió el uso de productos derivados del cannabis con fines medicinales, estos medicamentos tienen altos costos y están sujetos al tipo de cambio del dólar.

Por ejemplo, el precio promedio de una botella de aceite derivado del cannabidiol vendido en farmacias es de aproximadamente R $ 2.500. En Brasil, solo una empresa está autorizada para la producción de medicamentos en el país, pero con la alta demanda, la asociación presentó dificultades en el suministro.

En una votación, la XIV Cámara de Derecho Penal de São Paulo otorgó a la pareja el derecho a cultivar cannabis única y exclusivamente para el tratamiento de sus hijos, excluyendo a la familia de ser incluida en el enjuiciamiento penal.