Dentro del contexto del tráfico ilícito de armas de fuego, Paraguay es un elemento importante para la provisión de uno de los mercados negros más grandes de la región. El Estudio Mundial sobre Tráfico de Armas de Fuego 2020 que presentó Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés) indica que nuestro territorio es una de las principales rutas de las armas que son destinadas a las organizaciones criminales brasileñas.

El tipo de armas que según el estudio más “exporta” Paraguay al Brasil son las pistolas calibre 9 milímetros. Esta situación, provoca un fenómeno bastante llamativo en el mercado brasileño, y que debido a la saturación de la oferta, las pistolas ilegales son más baratas que las legales.

Pero claro, no solo pistolas son las que se envían al Brasil desde nuestro territorio, también fusiles de asalto, ya sean calibre 7.62 y 5.56, que son consideradas ya como armas de guerra, y que se han vuelto las preferidas de las facciones criminales.

Los fusiles de asalto ilegales sí son más caros que las armas legales. El precio del mercado negro reportado es significativamente más alto que en otros países, pues un rifle de alta potencia calibre 7.62 podría llegar a costas US$ 15.000 y uno calibre 5.56 alcanzaría US$ 12.500.

Por otra parte, uno de los puntos que favorecen a que desde Paraguay se importe armas al mercado negro brasileño es la fragilidad de los controles fronterizos. De hecho, el tráfico por tierra fue en general el modo de transporte más destacado por países a nivel global.

“La ocultación y la entrega de paquetes se mencionaron como los modos de transporte más frecuentes en Paraguay. Desde Paraguay, las armas de fuego fueron traficadas a Brasil a través de la frontera terrestre en automóviles, camiones y autobuses”, señala el informe de la UNODC.

Sin embargo, aunque en un menor porcentaje, el tráfico también se da de manera fluvial a través de pequeñas embarcaciones que cruzan del otro lado de la frontera a través del río Paraná y el lago Itaipú.

PCC Y CV DOMINAN EL TRÁFICO EN PARAGUAY

Los carteles como el Primer Comando Capital (PCC), con sede principal en San Pablo, Brasil y el Comando Vermelho (CV), de Río de Janeiro, Brasil tienen sus tentáculos en distintos puntos del país, pero principalmente establecen bases en el departamento de Amambay.

Según el estudio de la UNODC, el tráfico de armas de fuego hacia Brasil parecía realizarse principalmente junto con drogas y contrabando, en sus envíos ilícitos. Resalta además que grupos con sede en São Paulo (que sería el PCC) y Río de Janeiro (sería el CV) establecieron bases en Paraguay no solo para para recibir drogas de los países andinos en nuestro territorio y luego llevarlas, sino también para manejar el tráfico de armas de fuego desde Paraguay.

¿CÓMO LLEGAN AL PAÍS?

El Estudio Mundial sobre Tráfico de Armas de Fuego 2020 menciona que existen varias formas para que las organizaciones criminales locales accedan a armas para luego “exportarlas” al Brasil. Desde asaltos o robos, entrega ilegal de funcionarios del Estado, importaciones no declaradas, y tráfico mismo.

Además, Paraguay también se convierte en un país receptor de las armas de fuego que salen principalmente desde los Estados Unidos y tienen como destino a los mismos clientes, los carteles paulistas y cariocas.

Esta situación se da principalmente con los fusiles de asalto, que llegan al país en partes, para ser ensambladas aquí y luego venderlas. “Las partes y componentes de las armas de fuego desmanteladas podrían haberse incluido dentro de artículos metálicos importados o exportados o partes de maquinaria”, detalla el reporte.

UNA AMENAZA GLOBAL

La directora ejecutiva de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, Ghada Waly, refiere que el tráfico de armas es un elemento multiplicador de la violencia.

“El Estudio mundial se enfoca en el grave – y con frecuencia oculto – problema del tráfico de armas de fuego, el cual plantea una grave amenaza a la vida humana y a la seguridad internacional, y funciona como un factor facilitador y multiplicador de la violencia y el delito en todos los lugares del mundo”, aseveró Waly.

Señaló además que el informe Estudio Mundial sobre Tráfico de Armas de Fuego 2020 puede ser una fuente vital para formular políticas públicas para reducir la circulación ilegal de las armas.

“Al arrojar luz sobre los desafíos, el origen y las rutas de tráfico de armas de fuego, el Estudio puede ayudar a los gobiernos a fortalecer las respuestas de los organismos encargados de hacer cumplir la ley y la justicia penal para detectar e interrumpir los flujos ilícitos, desmantelar las organizaciones y redes criminales responsables y llevar a los autores del crimen ante la justicia”, afirmó la directora a la web de la UNODC.