El caso que involucra al sacerdote Silvestre Olmedo fue denunciado por una joven que militaba en la parroquia San José de Limpio, en grupos juveniles, ante autoridades civiles y eclesiásticas.

La mujer afirmó que el religioso supuestamente la manoseó aprovechándose de la confianza que ella tenía hacia el religioso. El hecho habría ocurrido en 2016.

El representante del Ministerio Público sostuvo que la postura de la investigación es que el religioso hostigó a la joven de forma sistemática con acercamientos de connotación sexual y, por ello, no están de acuerdo con la valoración que dio el Tribunal.

“Al Tribunal no le convenció el hecho de manoseo para demostrar un hostigamiento, pero para nosotros sí hubo hostigamiento de forma sistemática y eso se dio en un ámbito de autoridad del sacerdote y de vulnerabilidad por parte de la víctima”, señaló el fiscal.

Chamorro recordó que la joven denunció y declaró que el religioso se acercó a ella en varias ocasiones y le tocaba el pelo, la oreja, entre otros actos con connotación sexual.

“Todo eso declaró la víctima y dijo que estaba molesta por este tipo de actos, ella declaró lo mismo en la denuncia y siempre mencionó esos acercamientos y pensamos que esos hostigamientos se dieron constantemente y lo más grave se dio cuando ocurrió el manoseo”, refirió el fiscal.

Absolución al sacerdote

Los magistrados, con una decisión dividida, absolvieron al religioso e hicieron hincapié en que era necesario que se configure una relación de jerarquía entre el acosador y la víctima y en este caso esto no se daba.

La magistrada De Gásperi votó en disidencia en la resolución de la absolución al sacerdote porque para ella sí se halló configurado el delito de acoso sexual porque sí había una relación de dependencia y de superioridad del cura párroco sobre la joven y además sí hubo manoseo.

La decisión del Tribunal fue duramente cuestionada por la abogada querellante Sonia Von Leppel, quien cuestionó que los jueces Dina Marchuk y Hugo Segovia hayan dicho que no hubo una reiteración del hostigamiento, por lo cual no hubo acoso.

En contrapartida, el abogado defensor Rodrigo Yódice sostuvo que se hizo justicia y que el caso no hubiese llegado a juicio oral y público si no hubiese existido presión de sectores ciudadanos.

En su declaración, el padre negó haber acosado a la joven y aseguró que en los 28 años de trayectoria religiosa nunca hubo una denuncia en su contra por este tipo de hechos en ninguna comisaría, Fiscalía ni ante el Arzobispado.