La senadora liberal María Eugenia Bajac se convertirá probablemente en la sexta legisladora de la Cámara Alta que tenga que abandonar su banca o sufra la expulsión por uso indebido de influencias, pena establecida en el artículo 201 de la Constitución Nacional. Hasta ahora hay quienes se salvan, y ahí está el imputado Javier Zacarías Irún, y otros que confesaron graves delitos como Juan Carlos Galaverna (robo de elecciones en 1992), y Silvio Ovelar (compra de cédulas en elecciones).

Por el momento, Bajac se resiste a renunciar, y esta semana sus pares deciden sobre su expulsión. A la parlamentaria del Partido Liberal ya le soltó la mano su líder Blas Llano y el titular del PLRA, Efraín Alegre, fue el primero en solicitar formalmente su pérdida de investidura. El Ministerio Público imputó a la senadora por los supuestos hechos punibles de violación de vedas y cuarentenas sanitarias y tentativa de lesión grave (con dolo eventual). La legisladora está en el ojo de la tormenta por exponer a todo el Congreso al contagio del coronavirus. Además, utilizó su influencia para hacerse pagar un viaje a Perú, para gestiones que no guardan relación con su función, e informando primero que iba a ir a Guatemala, país que no visitó.

OTROS. Bajac fue antecedida por otros colegas en la pérdida de investidura. El récord lo tienen el colorado Óscar González Daher y Jorge Oviedo Matto, del Unace. El primero fue expulsado en diciembre de 2017, tras estar involucrado en la filtración de audios sobre la manipulación de la justicia siendo titular del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM). El colorado presentó su renuncia formal, pero sus colegas no la trataron sino que decidieron destituirlo. Luego, en agosto de 2018, González Daher tuvo que volver a renunciar al Senado ante su inminente destitución. Esta vez, fue la fuerte presión ciudadana la que hizo que varios parlamentarios retiren su apoyo al político luqueño.

Por su parte, en diciembre de 2017, una mayoría de senadores aceptaron la renuncia de Oviedo Matto, quien rogó –amenazas de por medio– a sus pares que no le hagan pasar la vergüenza de una expulsión como la de González Daher. El oviedista también fue salpicado por los audios de tráfico de influencia del JEM, y en setiembre de 2018 el legislador tuvo que volver a dimitir por la presión ciudadana, por la misma razón.

MÁS. Otro que perdió su investidura fue el colorado Víctor Bogado, destituido en mayo del año pasado debido a una condena por el cobro indebido de honorarios por el caso conocido como niñera de oro. Un total de 35 senadores votaron a favor de la pérdida de investidura.

Luego, en junio de 2019, le tocó el turno al llanista Dionisio Amarilla. Con 31 votos a favor, tras una dilatada sesión que se extendió hasta horas de la noche, el liberal fue destituido. Aquella vez, en un primer intento por salvar a Amarilla, sus colegas Hermelinda Alvarenga y Fernando Silva Facetti presentaron un proyecto de sanción al senador por 60 días; sin embargo, el proyecto fue girado a comisiones al no tener dictamen. Sobre Amarilla pesaba una denuncia de uso indebido de influencias para favorecer a su amigo Óscar Chamorro como prestador de servicios del Instituto de Previsión Social (IPS).

Por último, y tras varias polémicas, Paraguayo Cubas es otro que integra esta lista. Fue destituido por el voto de senadores de los bloques abdistas, cartistas, llanistas y de Patria Querida, quienes aprobaron la expulsión tras un incidente de Payo con policías en Alto Paraná.

Antes, Cubas había sido sancionado, pero no hizo caso a las advertencias. Fue destituido por 23 votos a favor. Los senadores argumentaron que Cubas agredió a una concejala departamental de Patria Querida, a policías, hizo daño a bienes públicos y pidió “matar a 100.000 brasileños”, aprovechándose en todo momento de su condición de legislador. Esta semana sabremos si Bajac extiende esta nómina.