Las medidas de contención y distanciamiento social para detener la propagación del Covid-19 obligaron a los fabricantes de automóviles estadounidenses a cerrar sus fábricas el pasado 17 de marzo.
Si bien hasta hoy no han reabierto, algunos estados del país han comenzado a revelar sus escenarios de levantamiento del confinamiento y la reapertura económica.
Por lo tanto, Ford espera registrar una pérdida operativa de 5.000 millones de dólares en el segundo trimestre, debido a una caída esperada en los volúmenes de ventas de automóviles en todas las áreas geográficas.
Los resultados finales "podrían diferir de las previsiones, debido a riesgos, incertidumbres y otros factores", advirtió Ford.
Después de descontados los impuestos y otros costos, Ford registró una pérdida neta trimestral de 2.000 millones de dólares, según datos de la compañía presentados a mediados de abril.
A su vez, la facturación cayó un 15%, a 34.300 millones. Las ventas de automóviles cayeron solamente un 12,5%, menos de la caída del 21% que Ford proyectaba en febrero.
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