Sin embargo, el problema está, generalmente, en los comercios que tuvieron que cerrar por culpa de la pandemia, sin generar ninguna actividad y sin usar agua, porque los locales estaban literalmente cerrados, y, sin embargo, la Essap pretende que paguen un promedio del monto que pagaban cuando estaban abiertos y tenían actividad e ingresos.

Una y otra vez, en conversación con Tempranísimo por la 970 y GEN, Morínigo repitió lo que se había hecho, amparándose exclusivamente en lo que dispone la ley y sin aplicar el sentido común.

Lo positivo es que, de acuerdo al funcionario, “el cliente tiene derecho a protestar antes de pagar, por vía electrónica, todas las redes sociales, telefónica, página web. No hace falta que lleguen hasta el local. Puede darse el caso de que la línea esté saturada. Ayer tuvimos 600 llamadas. Preferentemente, pueden hacerlo en la página web; no es necesario ir a formar fila”.

Insistió con que no había arbitrariedad, pero no pudo responder cuando se le consultó por qué no se aplicó un pago mínimo a comercios que dejaron de funcionar. “No hay arbitrariedad, porque la factura es una liquidación para que podamos corregir un error también nosotros”.